Tengo que reconocer que para algunas cosas estoy bastante chapado a la antigua. Soy de los que camina junto a una mujer por el lado que da a la calle, con eso lo digo todo. Un caballero, que leches.
La galantería es un arte al alcance de muy pocos. Es verdad que hay muchos "capelistas" que prefieren marcar goles sin importar el juego desplegado en el campo. Normalmente no dejan muy buena impresión, aunque se hayan llevado el partido a casa, y se les considera en crisis. Yo prefiero la floritura, la filigrana y el preciosismo. Los goles terminan llegando y a la afición local le queda tal regusto en la retina que siempre estará dispuesta a acoger en su cesped a esa constelación de virtudes.
Una de las cosas que un caballero siempre tiene en su equipaje es un frasquito de empatía femenina. Qué le gustará, qué querrá ahora, qué preferirá, cómo puedo hacer para que se sienta más a gusto... A nadie voy a descubrir que acertar es misión casi imposible. Cualquier mujer que lea esto dirá que "ya, es que el frasquito siempre lo lleváis vacío". Bien, es cierto, pero a los caballeros nos gusta intentarlo.
Resulta que el presidente Rodríguez, votado por once millones de personas, muchas mujeres, seguro, también ha querido jugar a caballero y se ha sacado de la manga esto de las cuotas para congraciarse con la afición. Para entendernos, algo comparable con hacerse una foto con Hitler para conseguir el voto de los judíos.
La cuestión es muy seria por varias razones:
Si Rodríguez no entiende que la ha metido hasta el corvejón, no va a entender nada
Si las mujeres no entienden que las acaban de declarar seres inferiores, quizá haya que pensar que lo son.
Si esto va en serio, como parece, ¿quién le levanta la moral a mi pareja? Seguro que no va a venir Rodríguez a explicarle que "no, mira, yo sé que tú vales mucho, esta ley es para las demás, que como son unas inútiles les tenemos que dar una ayudita". Seguro que no. Tendré que ser yo el que lo haga. Y viniendo el tema de Rodríguez el tramposo, seguro que no cuela, por mucho que yo me esfuerce.
Ya me la ha liado. No tenía yo pocas cosas que hacer como para que el gilipollo venga a darme más trabajo. No hay derecho.
No lo entiendo. ¿Progre no venía de progreso? ¿Las feministas no estaban ahí, subvencionadas, seguro, para defender a las mujeres? ¿No le piensan denunciar por malos tratos? Ya sé que lo de Rodríguez y el corvejón es una perogrullada, pero las mujeres ya podían reaccionar, que las acaban de declarar especie protegida, como a las que no se valen por sí sólas para subsistir.
La galantería es un arte al alcance de muy pocos. Es verdad que hay muchos "capelistas" que prefieren marcar goles sin importar el juego desplegado en el campo. Normalmente no dejan muy buena impresión, aunque se hayan llevado el partido a casa, y se les considera en crisis. Yo prefiero la floritura, la filigrana y el preciosismo. Los goles terminan llegando y a la afición local le queda tal regusto en la retina que siempre estará dispuesta a acoger en su cesped a esa constelación de virtudes.
Una de las cosas que un caballero siempre tiene en su equipaje es un frasquito de empatía femenina. Qué le gustará, qué querrá ahora, qué preferirá, cómo puedo hacer para que se sienta más a gusto... A nadie voy a descubrir que acertar es misión casi imposible. Cualquier mujer que lea esto dirá que "ya, es que el frasquito siempre lo lleváis vacío". Bien, es cierto, pero a los caballeros nos gusta intentarlo.
Resulta que el presidente Rodríguez, votado por once millones de personas, muchas mujeres, seguro, también ha querido jugar a caballero y se ha sacado de la manga esto de las cuotas para congraciarse con la afición. Para entendernos, algo comparable con hacerse una foto con Hitler para conseguir el voto de los judíos.
La cuestión es muy seria por varias razones:
Si Rodríguez no entiende que la ha metido hasta el corvejón, no va a entender nada
Si las mujeres no entienden que las acaban de declarar seres inferiores, quizá haya que pensar que lo son.
Si esto va en serio, como parece, ¿quién le levanta la moral a mi pareja? Seguro que no va a venir Rodríguez a explicarle que "no, mira, yo sé que tú vales mucho, esta ley es para las demás, que como son unas inútiles les tenemos que dar una ayudita". Seguro que no. Tendré que ser yo el que lo haga. Y viniendo el tema de Rodríguez el tramposo, seguro que no cuela, por mucho que yo me esfuerce.
Ya me la ha liado. No tenía yo pocas cosas que hacer como para que el gilipollo venga a darme más trabajo. No hay derecho.
No lo entiendo. ¿Progre no venía de progreso? ¿Las feministas no estaban ahí, subvencionadas, seguro, para defender a las mujeres? ¿No le piensan denunciar por malos tratos? Ya sé que lo de Rodríguez y el corvejón es una perogrullada, pero las mujeres ya podían reaccionar, que las acaban de declarar especie protegida, como a las que no se valen por sí sólas para subsistir.
Es como lo de las señales de Fuenlabrada... lo que se dice no tener ni idea. Donde no hay mata no hay patata. Está claro.
Lo cuenta perfectamente Navarro en La Razón con este "chiste-drama" que le copio ahí arriba al cerrajero.
Lo cuenta perfectamente Navarro en La Razón con este "chiste-drama" que le copio ahí arriba al cerrajero.
2 comentarios:
Yo soporto a Miss Peras en mi blog sólo por la paridad, que si no...
Muy bueno el post. Y de acuerdo en todo.
Un abrazo.
Seguro que ella dice lo mismo de ti en unos años.
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