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Google No aprendemos

10 de febrero de 2006

Una Esperanza para los fumadores

Pues que quieren que les diga… me parece muy bien que se quieran arreglar las cosas mal hechas. Las intenciones del gobierno de Rodríguez eran buenas. El tabaco mata, como ETA o más. Y al que no le mata lo deja jodido, como ETA también… señor… con esto sí que hay fumadores pasivos… Porque lo que se dice fumar, fuman tres gatos, pero el humo que llevamos tragado los españoles… a ver quién nos quita ya eso.

Quizá sin Fungairiño fumen más ahora, yo creo que ya huele…

El tabaco mata, decía, y, sin embargo (no sé qué habrá hecho el pobre), no se negocia con él. Aquí no vale el talante y la majadería, no, con el tabaco no. ¡Que se note quién gobierna aquí! ¡Como me llamo Rodríguez que ese se entera! ¡Sin concesiones María Teresa: duro y a la cabeza! A la cabeza de los fumadores, claro. Y de los quiosqueros, ya de paso. Bueno no… a esos les ha dado el golpe en el puchero, que duele más.

Puede que la manera más eficaz de combatir el tabaquismo sea proscribirlo socialmente. La prevención siempre ha resultado. Si nuestros jóvenes hubieran mamado desde su más tierna infancia que el fumador es un indeseable, seguramente muy pocos querrían fumar. Incluso se avergonzarían de sus padres fumadores (“-No, no... todavía es pronto para que conozcas a mis padres, cariño”). En los Estates ya ocurre, pero porque empezaron con su cruzada hace 20 años.

Aquí nos han colocado una ley que, de la noche a la mañana, convierte al fumador más pintado en un inadaptado social. Los corrillos se multiplican a las puertas de los edificios de oficinas. Batas, monos y corbatas se mezclan en las aceras, con aire conspirador a veces, culpable otras, pero, sobre todo en este invierno, con aire frío. Que más de un cigarrillo habrá mandado a alguno a la cama con 39.

En las cafeterías no se puede ni respirar. Los dueños encantados, porque las cajas, que no las cajetillas, están subiendo. Los camareros no dan abasto. ¿Hay alguien trabajando, aparte de estos? Que no se me enfade nadie, que sé de buena tinta que, mientras tanto, los no fumadores están sentados delante de sus ordenadores (¿leyendo blogs?) o en el tajo (¿otro bocata, Manolo?).

Todavía no he ido a una boda este año, pero me imagino que, o están haciendo la vista gorda o se están celebrando con la mitad de los invitados en la calle. Quizá más de uno ha pensado ya en invitar a Rodríguez a su cenorrio nupcial para que el tabaco pueda correr libremente por las mesas…

Se han pasado un poquito.

Yo ya fumo mucho menos. Bien. Muy bien. Pero como se me case otro amigo voy a tener que inventarme un viaje o algo, porque todo de golpe no. Que son muchos años de güisqui con nicotina para que me obliguen ahora a tomarlo sólo. Ya llegará, pero no así, que me quedo en casa.

Y mi querida presidenta Aguirre se ha dado cuenta de, uno, que mucha gente anda más nerviosa este año… con la mirada perdida; dos, que mucha gente anda trabajando menos; tres, que las bodas son para celebrarlas en familia y con los amigos; y cuatro, que lo de mi güisqui no se podía permitir. Por eso ha anunciado ya un decreto para que podamos disfrutar de espacios para fumadores en las oficinas (que la culpabilidad no sea tan grande ni tan pública… ni el escaqueo tampoco) y para que las bacanales de los desposados puedan seguir siendo celebraciones (“que con las pocas ganas que tenía de ir y lo que me he dejado en el regalo, si encima no me lo paso bien…”). No sé si podrá hacer algo por los quiosqueros… ya veremos… pero Rodríguez se lo agradecerá, porque aunque no lo reconozca nunca, ya está reformando su despacho.

Poco a poco, Rodríguez, que no aprendemos, leche.

Siempre nos quedará Madrid…

2 comentarios:

Mars Upial dijo...

Mucha guasita, Barquero. No me ha funcionado el enlace de la Aguirre, mira a ver.

Yo también creo que ese anunciado Reglamento, todavía en borrador, podrá dulcificar algo las cosas y aportar un poco de sensatez. A grandes rasgos estoy de acuerdo con el espíritu de la ley (creo que es una de las pocas que "meé" leído entera) pero tiene muchos flecos absolutamente mejorables. Para preservar los derechos de los no fumadores -algo absolutamente imprescindible y más si se trata de menores- no hace falta machacar a los fumadores. Entiendo positivo que se habiliten espacios para los fumadores en los lugares de trabajo y en algnos otros lugares también.

Volvemos a lo de siempre: respeto y tolerancia. Si todos ejerciésemos ambas virtudes, fumadores y no fumadores, no haría falta ley ni reglamento antitabaco.

Mars Upial.

El Barquero dijo...

Gracias, Mars. Enlacé con una web dinámica (A3) que cambia continuamente las URL de sus noticias...
Corregido, aunque este titular no me gusta tanto, pero los demás que encuentro de la noticia se centran en los espumarajos que le salieron por la boca a la ministra sin Ministerio, que por eso se mete en estos berenjenales impropios de su cargo... Así se lo explique el juez.

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